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Shinichi Sasaki: el hombre que corría demasiado

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Un buen día, Shinichi Sasaki echó a correr. Lo hizo con esa ventaja que otorga el ser cincuentón y, por tanto, haber desterrado toda idea de llegar a ser el mejor en algún deporte. Entrenaba por afición y competía por placer. Tres años después de aquellos primeros pasos, este japonés, afincado en Madrid, aún no se ha detenido; y ha participado en decenas de pruebas amateur, algo que le ha servido para convertirse en uno de los rostros más fácilmente reconocibles en las carreras populares de toda España.

Entrenar y competir. Ésa es la rutina que adoptó este atleta en 2011 y que hoy mantiene a rajatabla. Lo hace por gusto, por una vocación tardía que afloró en la quinta década de su vida y que en estos últimos meses le ha reportado infinidad de satisfacciones, según reconoce en una conversación mantenida con Persigueme.es.

Todo comenzó en 2011, cuando le sobrevino la idea de apuntase a un gimnasio para “perder peso” y adquirir una buena forma física. Allí, conoció la existencia de un grupo de corredores cuyas actividades le parecieron perfectas para alcanzar sus objetivos; de modo que se enroló en sus filas e inició su camino en el atletismo amateur.

Cada fin de semana, un nuevo reto

Desde ese momento, una importante porción de su vida ha estado consagrada al ejercicio de correr. Shinichi Sasaki ha entrenado dos horas diarias durante los últimos meses y ha competido en pruebas de diversas ciudades. Sus marcas distan de las de los profesionales, pero están bastante por encima de la media de las del público amateur.

Eso se traduce en que persiga objetivos ambiciosos como el de bajar de las tres horas en la próxima Maratón Popular de Madrid (MAPOMA), prueba que espera con una especial motivación y para la que espera estar completamente recuperado de una lesión en un pie que le ha mantenido convaleciente durante unas semanas.

Este suceso también le ha obligado a apartarse de una rutina que ha seguido a rajatabla desde que se iniciara en esta afición. Es la de entrenar dos horas diarias llueva, nieve o truene. Tanto solo como en compañía de uno de los grupos a los que ha estado ligado, como el de Luis Lozano o el de Chema Martínez.

El atletismo, como la mejor red social

Al preguntarle por sus referentes dentro de este deporte, les cita a ambos. Pero también recuerda a otros muchos corredores con los que se ha ejercitado y que le han servido para mejorar, desde a atletas populares de nombre casi anónimo; hasta campeones de diferentes disciplinas.

Originario de un país en el que se siente auténtica devoción por el maratón, Sasaki confiesa su admiración por Abel Antón, Martín Fiz o Fabián Roncero. También por el que quizá sea su alter ego, su compatriota Yuki Kawauchi, considerado por muchos el mejor corredor amateur del mundo y el cual corre los 42 kilómetros y 195 metros hasta 10 veces al año. Sirva como ejemplo de su mérito su marca conseguida en la prueba de Seúl del año pasado, en la que paró el crono en 2:08:14.

La popularidad de Sasaki es mucho menor que la de este privilegiado atleta. Pero eso no significa que sea anónimo. Ni mucho menos. Basta con acudir a una carrera en las que participa para comprobar que siempre se encuentra rodeado de amigos y de aficionados que reclaman fotografiarse junto a él.

Así como -dicen- es tímido delante de los micrófonos y las grabadoras, demuestra su simpatía y sociabilidad en estas citas. “Las fotos son mi manera de tener recuerdos de esos buenos ratos, así que siempre estoy dispuesto a sacármelas con los amigos nuevos que acabo de conocer”, apunta Sasaki, para quien las pequeñas recompensas que obtiene de estos compadres del atletismo popular son igual de importantes que el afán de superación en las carreras.

Cuando se descalza las deportivas, este trabajador de una consultoría cultural en Madrid se declara amante de la música, el cine y el buen comer. En su particular altar del atletismo, sitúa a Haile Gebrselassie, Usain Bolt, Mo Farah y Kenesia Bekele. Desde luego, nunca igualará sus marcas, pero sí comparte su pasión, cuya receta es tan sencilla como saludable. Es la que consiste en correr, correr y correr. /RUBEN ARRANZ.

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